MNCT 913 – Paz mental

MNCT 913 – Paz mental

“No nos damos cuenta, que en un lugar dentro de nosotros, existe un ser supremo que esta siempre en paz”
– Elizabeth Gilbert

Durante un reciente viaje al Reino Unido, di una conferencia acerca de la paz mental en el centro Tikun, al norte de Londres. Durante la charla, delinee cuatro niveles de comprensión de lo que en realidad es la paz mental y cómo es que la conseguimos…

Nivel Uno: Ausencia de Conflicto

“Mientras nadie esté molesto conmigo, tendré paz mental.”

A un nivel muy básico, la paz mental se entiende como la ausencia de conflicto. De manera que, si queremos experimentar más paz mental, tenemos que o bien destacar en el manejo de conflictos o simplemente evitarlos por completo. Las personas que equiparan la paz mental con la ausencia de conflicto a menudo se consideran a sí mismos “constructores de paz”, pero en realidad resultan ser sólo “evasores de conflicto”. (Piensa, por ejemplo, en Neville Chamberlain antes de la Segunda Guerra Mundial, o en un cónyuge que sufre durante largo tiempo, soportando todo tipo de comportamiento abusivo por parte de su pareja, en aras de una vida tranquila).

Esta actitud excesivamente conciliadora, tipo “meto la cabeza en la arena como avestruz”, no sólo tiende a crear más conflicto del que evita, sino que también mantiene nuestra mente repleta de pensamiento acerca de lo que no debemos hacer o decir para que las cosas fluyan, y esto, a su vez, elimina cualquier posibilidad que podamos tener de experimentar una verdadera paz mental.

Justamente por eso, en algún momento, la mayoría de la gente empieza a darse cuenta de que la ausencia de conflicto es menos importante que …

Nivel Dos : La paz de las Circunstancias

“Mientras mi trabajo/matrimonio/salud/finanzas estén seguras, tendré paz mental.”

Así como las personas que equiparan la paz mental con la ausencia de conflicto huyen de lo que no quieren, aquellos que la identifican con una “paz de las circunstancias” luchan por la creación y mantenimiento de las circunstancias de vida que creen que necesitan para sentirse relajados y contentos.

Pueden considerarse a si mismos “jugadores ambiciosos” o de “alto rendimiento”, pero en realidad, las personas que persiguen la paz de las circunstancias podrían ser llamados “plate spinners” (expresión usada en el idioma inglés para referirse a la persona que mantiene siempre varios frentes abiertos) o incluso “rat racers” (expresión en el idioma inglés para referirse la persona que constantemente compite por tener siempre más ganancias y más poder). (Piensa en Willy Loman en la obra de teatro Muerte de un Vendedor, o en cualquier “super mamá” que trata de proveer para su familia y llevar el hogar mientras se encarga de que sus hijos tengan altas calificaciones y la entrada asegurada en las mejores escuelas privadas, todo esto sin dejar que su marido se olvide de que es un hombre.)

No sólo es prácticamente imposible mantener la paz mental en cada área de nuestra vida cuando la estamos tratando de crear de afuera hacia adentro, sino que además, el necesitar que las circunstancias se alineen con nuestra voluntad en un mundo en el que la vida parece tener una mente propia conlleva un estrés tal, que nos termina alejando aún más de la paz mental. Por esta razón, en algún momento resulta común que las personas empiecen a darse cuenta de que la paz de las circunstancias es menos importante que…

Nivel Tres : Ausencia de Pensamiento

“Mientras no tenga demasiado pensamiento, tendré paz mental”

Cuando la gente deja de tratar de crear la paz mental a través de estrategias externas y empieza a crearla aquietando el pensamiento, la vida empieza a ser más fácil. Mientras no tengamos demasiado en nuestra mente, podemos manejar los conflictos y cambios de circunstancias mucho mejor que la persona promedio.

Las personas que buscan la paz mental a través de un ejercicio de destierro del pensamiento son los meditadores del mundo y, siempre y cuando mantengan su práctica, tienden a vivir vidas más largas, más sanas, y más creativas que los no meditadores. (Rupert Murdoch, David Lynch, Oprah Winfrey y Russel Simmons son algunos ejemplos que podemos encontrar hoy en día de personas exitosas que hacen tiempo para la meditación diaria).

Pero la ausencia de pensamiento también puede conducir a un atrofiamiento del ingenio, y la dificultad de algunos para mantenerse tranquilos en las 23 horas del día en que no están meditando puede convertir esta práctica en un verdadero reto.

Las personas que continúan meditando como un “querer” más que como un “deber” a menudo son los que experimentan…

Nivel Cuatro : La Paz Mental

Mente es la energía sin forma y la inteligencia detrás de la vida – la fuerza de la vida misma que anima a nuestro mundo. Está en todas partes y es siempre presente. Trae consigo un sentimiento de vitalidad y una certeza de que, independientemente de lo que está pasando en nuestro mundo o incluso dentro de nuestra cabeza, en este momento todo está bien.

Aquellos capaces de reconocer que la paz mental les rodea pueden caer en estados de meditación, gratitud y amor dondequiera que se encuentren y sin importar lo que está sucediendo a su alrededor. (Piensa en Jesús o Buda, o místicos modernos como Byron Katie y Eckhart Tolle.)

Cuando caemos en cuenta de que vivimos en un mundo hecho por Mente y que compartimos esa misma energía sin forma, la idea de tener que hacer algo para experimentar la paz mental resulta tan extraña como la idea de que un pez tendría que hacer algo para experimentar el agua. Conforme empieces a notar que están siempre presentes, la vitalidad y la paz mental empezarán a llenar tu conciencia cada vez más.

En pocas palabras, la paz mental es tu verdadera naturaleza. Nunca la puedes perder porque es la esencia misma de tu ser. Como se supone que dijo San Francisco de Asís: ” Eres aquello que estás buscando.” Y lo mejor de experimentar la paz mental a este nivel es que está disponible 24/7, sin importar quién está enojado contigo, por qué está enojado, y la cantidad de pensamiento que puedas tener al respecto en este momento…

Descansa en paz (y con todo mi amor),
Michael