MNCT 933 El Coach de Vida y el Árbol Poderoso

MNCT 933 El Coach de Vida y el Árbol Poderoso

“Nunca he visto un árbol desconectado.”

-John Muir

 

(El tip de hoy es parte del libro The Inside Out Revolution– puedes aprender más y leer otros extractos en www.insideoutrevolution.com)

El Coach de Vida y el Árbol Poderoso

Un día, sentado de espaldas contra el tronco de un gigantesco árbol en mi jardín, me quedé dormido y soñé que estaba sentado de espaldas contra el tronco de un gigantesco árbol en mi jardín. Para mi sorpresa, me pidió que lo couchara.

“Soy un árbol poderoso”, empezó, “y me da algo de vergüenza admitir que algunas de mis hojas han empezado a caer al suelo. Lo que sucede es que no me puedo permitir perder mis hojas. ¿Qué pensará la gente si me quedo pelón? Me verán como desnudo, débil y frágil. No estoy seguro de poder continuar si ello implica pasar por semejante prueba.”

“Pero árbol”, contesté, “seguramente debes darte cuenta de que esto es parte de las estaciones de la vida. Cada otoño pierdes tus hojas – por eso es que los humanos lo llaman “otoño” (fall, en inglés, que significa “caída”). Cuando vuelva la primavera crecerás hojas nuevas y estarás más bello que nunca.”

“¿Cómo puedes decir eso con tal seguridad?” dijo el árbol (que obviamente no había leído mis libros). “¿Acaso eres algún tipo de psíquico o adivino?”

“No, árbol, no soy psíquico – simplemente soy un observador de la vida. Y he notado el ciclo natural por el que pasan todos los árboles de tu tipo. De hecho, no importa a dónde mire, siempre encuentro, trabajando tras bambalinas, la misma inteligencia preexistente.

“No estás hablando de Dios, ¿verdad? preguntó el árbol. “No estoy seguro de querer entablar una discusión acerca de Dios con un humano.”

“Tampoco yo, árbol – tampoco yo. Cuando digo “inteligencia preexistente” me refiero al orden implícito de las cosas. Como sabes, las bellotas crecen y se convierten en pinos, y los bebés conejos nunca crecen y se convierten en osos grizzly. De alguna manera, la fruta ya está programada dentro de la semilla. Los humanos podemos observar cómo la inteligencia trabaja en nuestro cuerpo. En el momento en que nos cortamos, la inteligencia del cuerpo hace que empiece a curarse a si mismo. Todo lo que el cuerpo hace está diseñado para regresar a un estado natural de salud y equilibrio.

“Hay una inteligencia detrás de la mente también. En el momento en que pensamos un pensamiento tóxico, recibimos una señal de alerta en la forma de un sentimiento tóxico, que nos aconseja no seguir por ese camino. Los pensamientos sanos producen sentimientos sanos, dejándonos saber que estamos encaminados hacia una dirección sana. Esta brújula interna nos guía de vuelta a un estado natural de salud mental y equilibrio. En este estado, podemos accesar una sabiduría que nos guiará si se los permitimos, y que de otra manera permanece oculta.”

“Entonces ¿por qué hay tanta guerra, crueldad y disturbios en tu mundo?” preguntó el árbol. “Seguramente eso es prueba de que tal sabiduría no existe.”

“Desafortunadamente, no todo el mundo entiende todavía la naturaleza de adentro hacia afuera de la realidad, ni la inteligencia simple detrás del sistema, así que hay mucha inestabilidad mental en el mundo. Pero me parece que el hecho de que una persona se encuentre siempre a un sólo pensamiento de distancia de la paz, sin importar cuánto haya sufrido, es prueba de la bondad del diseño. “

El árbol me miró inescrutable, como si pudiera mantener su pose durante mil años sin vacilar. Finalmente, habló.

“Pero aunque existan la sabiduría y la inteligencia, no es infalible. Los seres humanos mueren, y también los árboles. Si hay, como tú dices, una “bondad del diseño”, ¿cómo explicas la muerte?”

Fue entonces mi turno de quedarme mirando al árbol.

“No la puedo explicar”, contesté honestamente. “Pero puedo observarla y ver su naturaleza impersonal. Y de alguna manera, el ver que es parte del ciclo natural de todo y todos, me sugiere que la muerte, en cierto nivel que todavía no puedo ver, es parte del orden implícito. Quizás, de alguna manera, hasta se parte de la bondad del diseño.”

Permanecimos sentados juntos, el árbol y yo, sintiéndonos conectados no sólo por mi espalda contra su tronco, sino por un lazo más profundo de contemplación y mortalidad compartidas.

Nuestra conversación continúa. Mientras más miro en esta dirección, más me doy cuenta de lo poco que veo. Pero de alguna manera, lo poco que veo mejora mi vida cada vez más…

Con todo mi amor,
Michael.

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