MNCT 937 Quedarse en la conversación.

MNCT 937 Quedarse en la conversación.

“No recibimos la sabiduría; debemos descubrirla nosotros mismos después de un viaje que nadie puede ni hacer por nosotros ni evitarnos.”

– Marcel Proust

 

Una de las primeras cosas que le digo a casi todo mundo cuando empezamos algún entrenamiento, un coaching , o un trabajo con el entendimiento de adentro hacia afuera es que la clave más importante (y de alguna manera la única) para entender la profundidad de lo que está en oferta es “quedarse en la conversación”. Para poder entender por qué es tan importante, voy a compartir un poco de mi propia historia y lo que he podido ver justamente por haberme quedado en la conversación aún cuando no parecía que se dirigía a ningún lado, y todavía más importante, cuando parecía que ya lo había “entendido” todo.

Durante mi primer intensivo de coaching con un practicante de tres principios, me convencí por completo de que o mis coaches no me estaban diciendo todo (¿cómo es posible que te dediques a enseñar algo llamado “los tres principios” y que no puedas articular lo que son?) o que un grupo de gente bien intencionada se había cruzado con los secretos del universo y estaban verdaderamente confundidos acerca de cómo compartirlos con otros. Pensé en tomar el vuelo de regreso a casa antes de que terminara el curso, pero siendo el tipo de espíritu generoso (y grandiosamente arrogante) que soy, decidí quedarme en la conversación el tiempo suficiente para entender lo que realmente estaba sucediendo detrás de los avances aparentemente milagrosos que ya había empezado a experimentar, y ya después compartiría lo aprendido con el mundo y con los “maestros” que parecían batallar tanto para explicarme lo que ellos habían visto.

Para mi sorpresa, en la segunda noche de ese intensivo, tuve una revelación acerca de la naturaleza del bienestar que literalmente puso mi mundo de cabeza. Así es como escribí al respecto en The Inside-Out Revolution:

Para la segunda noche, cuando puse en el DVD de mi cuarto de hotel un video de Syd Banks en el que hablaba sobre el poder el Pensamiento, prácticamente me había dado por vencido en cuando a aprender cualquier cosa útil. Pero después, a la mitad de mi segunda cerveza, escuché algo tan profundo que la cerveza se me salió por la nariz mientras yo explotaba en espasmos de carcajadas.

Todo lo que Syd dijo (y he vuelto a ver ese DVD una y otra vez para corroborarlo) fue: “Todo ser humano tiene salud mental innata.”

La razón por la cual me pareció tan chistoso fue que de alguna manera yo sabía que era absoluta y fundamentalmente cierto.

Había sido un adolescente deprimido y con tendencias suicidas. Conforme fui aprendiendo y practicando muchas otras técnicas de autoayuda que proliferaban en muestra cultura, mi condición fue mejorando. Por más de 15 años estudié y practiqué toda metodología que encontraba para evitar la depresión y “crear” sentimientos positivos en mi cuerpo. Y me convencí de que lo único que prevenía que yo volviera a caer en la miseria de la cual había salido luchando a capa y espada, eran mis técnicas y mis prácticas. El que Syd dijera que la salud mental era natural iba contra todo lo que yo había aprendido -y enseñado- en mis primeros años en el mundo de la autoayuda.

Y sin embargo inmediatamente pude ver la verdad en ello. Después de todo, los bebés no necesitan terapia. Y si bien puedo decir con toda honestidad que no recuerdo el sentimiento de estar en el vientre de mi madre, sí sé, por haber visto a mis propios hijos crecer, que fuera de los periodos en los que experimentaban alguna incomodidad física, vivieron en un estado continuo de bienestar mental durante los primeros años de su vida. Y al ver la gracia original de mi salud mental innata, sentí como si me hubieran quitado el peso de casi 40 años de batalla de encima.

El bienestar es nuestra naturaleza. Eso no quiere decir que siempre nos sentimos bien -cualquier de nosotros puede verse atrapado en su pensamiento en cualquier momento, e inmediatamente pasar a ser objeto de cualquier color emocional posible dentro del espectro. Pero decir que el bienestar viene y va sería como decir que por el hecho de haber nubes el sol no está siempre presente. Aún en nuestra hora más oscura, el sol sigue ahí – es sólo que a veces hay algo entre nosotros y nuestra clara visión de ese hecho.

Conforme los frutos de esta revelación se fueron asentando en mi psique durante los seis meses siguientes, llegué a un punto en el que estaba verdaderamente, profundamente en paz por primera vez en mi vida adulta. Este sentimiento de paz no nada más era incondicional – es decir, disponible en todo momento sin importar las circunstancias – también era robusto. Por primera vez en mi memoria, my humor podía bajar sin que tuviera que preocuparme de que iba a derrumbarse por completo. Podía sentirme triste sin tener miedo de caer en un espiral de depresión, y preocupado sin temer entrar en un espiral de ansiedad total.

Así pues, cuando uno de mis mentores me sugirió que todavía me quedaban cosas por ver exploté en una carcajada. “Bien,” dije, “soy incondicionalmente feliz por primera vez en mi vida, y eso es todo lo que siempre he deseado, así que gracias, pero no gracias, estoy bien.”

Me pareció ridículo (y ligeramente ofensivo) que no pudieran ver “ya había entendido”, y empecé a preguntarme si su propia inseguridad financiera los estaba impulsando a vender aún cuando yo ya había comprado el coche y lo había sacado de la agencia. Afortunadamente, una pequeña grieta en mi arrogancia siempre me ha hecho consciente de que mientras más seguro estoy de algo, más probabilidades tengo de estar equivocado. Así que después de una pausa de algunos meses, me inscribí a otro programa y retomé la conversación. Esta vez mi revelación se dio alrededor de la naturaleza -completamente inventada- de nuestra realidad -creada a partir de nuestros pensamientos, y mi experiencia de la vida y del trabajo con otros nunca ha vuelto a ser la misma.

He aquí lo que he llegado a ver como los tres niveles de comprensión que inevitablemente trae consigo un entendimiento más profundo de los principios detrás de la experiencia humana:

1. Moviendo los cimientos

En este nivel, nuestra manera fundamental de ver el mundo cambia conforme empezamos a entender que estamos siempre viviendo la experiencia del Pensamiento, no la experiencia de la circunstancia. Empezamos también a conectarnos más profundamente con Mente – la inteligencia detrás de la vida que se da momento a momento a nuestro alrededor y a través de nosotros si se lo permitimos.

2. Expandiendo las posibilidades

Conforme nos relajamos en este nuevo entendimiento, empezamos a ver nuevas posibilidades para nosotros mismos, nuestras vidas, y nuestro trabajo. Empezamos a ver cómo los principios están en acción en nuestro día a día en el mundo, y podemos utilizar nuestro creciente comprensión para resolver problemas, aumentar nuestro rendimiento, alcanzar nuestros objetivos y superar nuestras limitaciones con más facilidad y resultados más confiables que nunca antes.

3. Profundizando

En algún momento, nuestras revelaciones se vuelven más verticales que horizontales, y empezamos a experimentar más nuestra verdadera naturaleza en tanto que “seres espirituales teniendo una experiencia humana”. Esto trae consigo la posibilidad de “vivir desde la mente” -dejar de ser creadores empoderados a empezar a ser conductos iluminados, respondiendo a un llamado más profundo y contribuyendo más profundamente con el mundo.

Hasta donde sé, esta aventura no termina nunca, pues no hay un destino – simplemente encuentras que el camino se va presentando cada vez de manera más clara, y que las satisfacciones son cada vez más profundas conforme alargas y profundizas tu viaje.

Con todo mi amor,
Michael.

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