MNCT 943 – Hablando de la “Nada”

MNCT 943 – Hablando de la “Nada”

“Más allá de toda idea acerca del bien y del mal existe un campo – te encontraré ahí.”

– Rumi

 

En los últimos días, he estado dando un taller para coaches y líderes llamado Coaching from the Inside-Out (Coaching de Adentro hacia Fuera). Hemos estado explorando el potencial humano y la naturaleza de la realidad personal, siendo bastante honestos unos con otros acerca de nuestra humanidad tanto como de nuestra divinidad – lo que es ser seres espirituales teniendo una experiencia humana y cómo esa comprensión afecta nuestro trabajo, nuestra salud, nuestras relaciones, y la forma en que vivimos nuestras vidas.

Mientras reflexionaba esta mañana acerca de la esencia de lo que hemos estado discutiendo, me di cuenta que el corazón de la conversación ha sido la “nada” – el campo de la pura posibilidad y el infinito potencial creativo (literalmente “nothing” (no-cosa en inglés)), a partir del cual se crea el “todo” (cada cosa en inglés).

Si bien a veces pasar el rato en la nada y hablar de ella puede dar un poco de miedo, en realidad el espacio que abrimos se llena rápidamente con amor, con una conexión profunda y, por sorprendente que parezca, también de manera frecuente con la sabiduría que se da momento a momento e inspiración para el futuro.

Comparemos esto con el ajetreo de nuestra vida cotidiana donde, con tal de escapar del vacío que tememos sentir si acaso la rueda de hámster de nuestro pensamiento dejara de girar, pasamos cada momento “libre” enchufados a una pantalla o a un libro o una actividad diseñada para salvarnos del silencio y la quietud que sentimos al acecho bajo la superficie.

Hay una escena en la comedia “Friends”, donde Chandler entretiene al novio psicoterapeuta de Phoebe con un constante bombardeo de chistes, juegos de palabras e historias. Al final del huracán, el psicoterapeuta lo mira y dice: “Eres un tipo gracioso. No me gustaría estar allí cuando la risa se ​​acabe.”

Y esto es, en muchos aspectos, nuestro mayor miedo. Que cuando el torbellino de nuestra vida deje de girar, nos quedaremos sin nada. Y que si alguna vez realmente nos encontráramos más allá de la locura de nuestro propio pensamiento circular, el silencio nos volvería locos.

Pero esa misma “nada” que pasamos gran parte de nuestro tiempo tratando de evitar es la base de todo. Como Lao Tze escribió en el Tao Te Ching, hace más de 5000 años:

Ponemos treinta rayos de rueda juntos y los llamamos una rueda;
Pero la utilidad de la rueda depende del espacio donde no hay nada.

Tornamos la arcilla para hacer una vasija;
Pero la utilidad de la vasija depende del espacio donde no hay nada.

Perforamos puertas y ventanas para hacer una casa;
Y la utilidad de la casa depende de estos espacios en los que no hay nada.

Por lo tanto, tal y como aprovechamos lo que es, debemos reconocer la utilidad de lo que no es.

Todo viene de la nada – lo que significa que si queremos crear algo realmente nuevo y fresco en nuestras vidas, primero tenemos que encontrar nuestro camino de vuelta a la calma debajo de las notas, la página debajo de la escritura, y el espacio en el que aparecen y se disipan nuestros pensamientos.

Ese espacio está más cerca de lo que crees, y es más grande de lo que nuestros pequeños cerebros (bueno, mi pequeño cerebro) pueden imaginar. No vas a encontrar nada cuando llegues allí – esa es la naturaleza de la nada – pero el mundo entero se sentará pacientemente junto a ti a esperar su creación con tu siguiente pensamiento.

Este es realmente el espacio donde suceden los milagros – el lugar del amor, la luz, la verdad y la paz.

Y cuando estás en ese lugar en tu interior y yo estoy en ese lugar en mi interior, sólo hay uno de nosotros.

Con todo mi amor,

Michael

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