MNCT 944 – Tres Historias acerca del Exito, la Riqueza y la Naturaleza de la Experiencia Humana.

MNCT 944 – Tres Historias acerca del Exito, la Riqueza y la Naturaleza de la Experiencia Humana.

 

“Los honro y los amo: pero ¿cómo es que a ustedes, ciudadanos de esta gran y poderosa nación, les importa tanto acumular la mayor cantidad de dinero, honor y reputación; y les interesa tan poco la sabiduría, la verdad, y la superación del alma?”

– Socrates

 

A veces, un par de párrafos d historia valen más que mil líneas de exposición. Aquí están tres de mis historias favoritas sobre el éxito, la riqueza y la experiencia humana. Las dos primeras provienen del libro Basta, por John C. Bogle, subtitulada “Verdaderas Medidas del dinero, los negocios, y la Vida”. La primera es un poema escrito por Kurt Vonnegut; la segunda es una historia contada por el reverendo Fred Craddock. La tercera es una vieja enseñanza zen que recopilé para el penúltimo capítulo de SuperCoach.

Con los años, cada una de estas historias me ha ayudado a dar un paso atrás, bajar la velocidad, y disfrutar de mis días más que nunca…

1. Acerca de Autores bestsellers y Multimillonarios

Historia verdadera, Palabra de Honor:

Joseph Heller, un escritor importante y divertido
ahora muerto,
El y yo estábamos en una fiesta dada por un multimillonario
en Shelter Island.

Le dije: “Joe, ¿cómo te hace sentir
saber que nuestro anfitrión
pudo haber hecho más dinero ayer
que lo que tu novela ‘Catch-22’
ha ganado en toda su historia? ”

Y Joe dijo: “Yo tengo algo que él nunca podrá tener.”
Y yo dije: “¿Qué diablos puede ser eso, Joe?”
Y Joe dijo: “El conocimiento de que tengo suficiente.”

¡No está mal! ¡Descansa en paz!
2. El Reverendo y el Galgo

Sospecho que no sucedió enteramente así, pero voy a dejar que el Dr. Fred Craddock comparta un encuentro sorprendente que tuvo con un viejo perro galgo que su sobrina había adoptado hacía poco tiempo …

Le dije al perro “¿Todavía compites en carreras?”

“No”, respondió.

“¿Cuál fue el problema? ¿Envejeciste demasiado para correr?”

“No, todavía tenía alguna que otra carrera en mí.”

“¿Entonces? ¿Acaso no ganabas nunca?”

“Gané más de un millón de dólares para mi dueño.”

“¿Qué fue, entonces? ¿Te maltrataron?”

“Oh, no”, dijo el perro. “Nos trataban magníficamente mientras éramos corredores.”

“¿Quedaste lisiado?”

“No.”

“Entonces, ¿por qué?”, presioné. “¿Por qué?”

El perro respondió: “Renuncié.”

“¿Renunciaste?”

“Sí,” dijo. “Lo dejé.”

“¿Por qué lo dejaste?”

“Lo dejé porque después de tanto correr y correr y correr, me enteré de que el conejo que perseguía ni siquiera era real.”
3. El hombre rico y el mendigo

Hace muchos años, un hombre estaba sentado a la orilla del río en tranquila contemplación cuando fue perturbado por un mendigo de la aldea local.

“¿Dónde está la piedra?” el mendigo exigió. “¡Debo tener la piedra preciosa!”

El hombre le sonrió. “¿Qué piedra buscas?”

“Tuve un sueño”, continuó el mendigo, apenas capaz de pausar sus palabras para hablar, “y en ese sueño una voz me dijo que si iba a la orilla del río ¡encontraría a un hombre que me daría una piedra preciosa que terminaría con mi pobreza para siempre!”

El hombre se quedó pensativo, y luego metió la mano en su bolsa y sacó un gran diamante.

“¿Acaso es esta la piedra?” dijo el hombre amablemente. “La encontré en el camino. Si deseas, ciertamente puedes tenerla.”

El mendigo no podía creer su suerte, le arrebató la piedra de la mano al hombre y corrió de vuelta a la aldea antes de que el hombre pudiera cambiar de opinión.

Un año más tarde el mendigo, ahora vestido con las ropas de un hombre rico, regresó a la orilla del río en busca de su benefactor anónimo.

“¡Has regresado, amigo mío!” dijo el hombre, que estaba de nuevo sentado en su lugar favorito disfrutando del pacífico flujo del agua delante de él. “¿Qué ha pasado?”

El mendigo se humilló ante el hombre.

“Muchas cosas maravillosas me han sucedido gracias al diamante que me dio. Me he enriquecido, he encontrado una esposa y he comprado una casa. Ahora soy capaz de dar empleo a los demás y puedo hacer lo que quiero, cuando quiero y con quien quiero”.

“¿Para qué has vuelto?” preguntó el hombre.

“Por favor,” dijo el mendigo rico, “enséñame lo que está dentro de ti que te permitió darme esa piedra con tanto desapego.”

Esta semana, haz tu mejor esfuerzo por disfrutar de tu vida y de quienes están en ella. Tienes suficiente. Los “conejos” que has estado persiguiendo no son reales. Y hay algo vivo dentro de ti que hará de su vida más rica que la del mendigo más rico del mundo.

¡Diviértete, aprende montones, y feliz exploración!

Con todo mi Amor,
Michael

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