MNCT 947 De Montañas a Madrigueras

MNCT 947 De Montañas a Madrigueras

 

“Antes de aprender la verdad, las montañas parecen montañas. Cuando uno empieza a estudiar la verdad, las montañas parecen desaparecer. Después de aceptar la verdad, las montañas vuelven a parecer montañas.”

– Proverbio Zen

 

Como parte de su maravilloso curso en línea, Las 5 Fortalezas Ocultas, Erika Bugbee comparte la historia de una conversación con su hija, de entonces cinco años, acerca de la experiencia de volar en un avión por primera vez. Su hija preguntó “¿Duele?” Erika le aseguró que era como estar en una silla grande y cómoda, a lo que su hija respondió: “No eso, mami – ¿Duele cuando te encogen hasta hacerte muy pequeña?”

Ahora, es fácil para nosotros reírnos de esa historia, porque sabemos que ni los aviones, ni las personas que en ellos van se “encogen” en realidad – es simplemente una cuestión de distancia y perspectiva. Es menos probable que nos riamos de (o que siquiera consideremos que) lo mismo es cierto acerca de todos los problemas que hemos tenido y de todos los desafíos que hemos elegido enfrentar.

Cuando estamos “dentro de” nuestra forma de pensar, no podemos imaginar que alguna vez se verán como otra cosa que grandes montaña por escalar. Por otro lado, cuando subimos en el ascensor de la conciencia y vemos a nuestros grandes, aterradores pensamientos por lo que realmente son – pensamientos que parecen grandes y que dan miedo únicamente porque son pensamientos acerca de algo que parece fijo y real – casi siempre se vuelven a encoger hasta el tamaño de una madriguera de topo y nosotros volvemos a conectar con nuestro ingenio y más profundo sentido de esperanza y posibilidad.

Durante el último mes, he tenido la oportunidad de experimentar este cambio de perspectiva mágico en tiempo real. He estado en media docena de aviones, en demasiadas habitaciones de hotel como para poder contarlas, y de alguna manera logré comprometerme a un proyecto adicional que se comió mi tiempo “libre” como si PacMan hubiera aparecido en medio de una reunión de remembranza de los ochentas.

Tal como era de esperar, me enfermé de gripe, y aún así traté de malabarear todo lo anterior mientras tomaba líquidos y reposaba en cama. Tenía la suficiente presencia de ánimo como para darme cuenta de que había una conexión entre mi estado de ánimo, mi salud física, y mi incapacidad de hacer nada; me parecía que lo que tenía que hacer “una vez que superara la gripe” no era otra cosa mas que subir una enorme montaña.

La fiebre física rompió hace como una semana, pero aún así me parecía haberme impuesto un desafío insuperable “para cuando mi estado de ánimo mejorara”. Después, el jueves, mi fiebre mental rompió – la nube del pensamiento que hacía que mi mundo se viera gris, desalentador, y un tanto desesperado. Para mi deleite (y shock absoluto), cuando me asomé a mi vida con ojos nuevos no había ninguna montaña que subir.

Es cierto que todavía tengo cosas por hacer para completar los proyectos que he iniciado; pero el ser capaz de hacerlas en el tiempo que les he asignado o no ya no me parece tan significativo o decisivo en mi vida. Si lo logro, lo logro; si no, no lo logro.

Me recordó el comentario que me hizo mi esposa la primera vez que leyó The Inside-Out Revolution. Dijo que era su favorito de entre mis libros, pero le parecía un mensaje tan simple que le preocupaba que la gente pudiera realmente entender su importancia.

“¿Qué te dejó como mensaje central?” le pregunté.

“Deja de hacer una montaña de un grano de arena”, respondió.

Y si bien eso no era lo que yo tenía en mente al escribirlo, sin duda apunta a uno de los beneficios reales y duraderos de la comprensión de dentro hacia afuera. Cuando vemos que nuestra “realidad” es sólo una construcción hecha de Pensamiento, traída a la vida por Mente y experimentada a través de la Conciencia, nos damos cuenta de que la vida (y todos los problemas y retos que parece traer) es mucho más fluida de lo que pensamos.

Con todo mi amor,
Michael

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