MNCT 917 – El “ingrediente secreto” en el cambio transformador
Cuando dejamos que nuestra luz brille, Inconscientemente damos permiso a otras personas para que su luz brille también. Cuando nos liberamos de nuestros miedos, nuestra precencia libera a otras personas.
– Marianne Williamson
Cuando empecé a aprender acerca de la tradición Zen en el budismo, quedé inmediatamente cautivado por la idea de la “transmisión directa”, en la que se dice que las enseñanzas del Buda se transmiten de maestro a alumno sin necesidad de palabras. Esto siempre me pareció verdaderamente genial e incluso un poco mágico; así que cuando tuve la oportunidad, hace unos años, de sentarme con un maestro zen, una de las primeras cosas que le pregunté fue cómo realmente funciona la transmisión directa.
Lo explicó así:
“Hay algo despierto en mí que en la mayoría de la gente se encuentra en estado latente. Cuando pasan tiempo conmigo, ese algo se despierta, y entonces experimentan una mayor sensación de paz y de alivio con respecto a su sufrimiento. Cuando se van, a menudo ese algo se vuelve a dormir. Pero mientras más tiempo pasen en la presencia y en la práctica, más despiertan.
En algún momento dado, por la Gracia, lo que está dentro de ellos puede llegar a despertarse completamente. En ese momento, se dice que la transmisión se ha dado. Contrariamente a lo que parece, en realidad nada pasa de forma directa del maestro al alumno. Más bien, lo que está completamente despierto en mí esta ahora completamente despierto en ellos.”
Yo ni estoy iluminado ni estoy “totalmente despierto”, pero la experiencia de estar presente con un cliente en el momento en que despierta a un potencial más profundo dentro de sí mismo es una parte esencial de mi trabajo como coach transformativo. En mi enseñanza, a menudo nos referimos a ello como “presencia transformadora”, y es el “ingrediente secreto” invisible que explica por qué un coach relativamente inexperto a veces puede tener un impacto más profundo en sus clientes que la que pueden tener coaches profesionales calificados y con mucha más experiencia.
En nuestro más reciente programa de entrenamiento intensivo para grupo pequeño, Time to Thrive, presenté una simple analogía de la relación entre la presencia transformadora y nuestra habilidad como coaches – la de la energía del sol y el valor de un jardinero experto.
La habilidad y el conocimiento de un coach es como la de un jardinero experto y muy bien informado. Un jardinero puede optimizar las condiciones del suelo, manteniéndolo húmedo y alimentado, libre de malezas y protegido de los depredadores.
Pero lo que hace que una flor crezca está integrado en la semilla. Cuando una semilla se expone al agua, a la tierra y al sol, lo que está oculto en la semilla literalmente nace a la luz. Lo que en realidad hace crecer la flor es la naturaleza de la semilla y su interacción con la naturaleza misma.
Así que, si bien es verdad que yo siempre animo a los coaches a desarrollar su arte a través de la práctica , la reflexión y el aprendizaje continuo, el ” ingrediente secreto” en el coaching transformador es “ser el sol” – la relación cada vez más profunda del coach con su propia luz interior. A medida que vamos despertando cada vez más a nuestra verdadera naturaleza, la luz de nuestra presencia revela la luz en otros, y se convierte en una fuerza curativa en el mundo.
Esto puede sonar grandioso o incluso un poco pretencioso, pero cualquiera cuya vida haya sido tocada por la presencia de un amigo, un padre, o un profesional en el campo de la ayuda verdaderamente cariñoso, sabe que la “diferencia que marcó la diferencia” rara vez fue lo que se dijo o se hizo. Lo que cambia vidas es la conciencia de que todo está bien, algo que es más fácil constatar cuando estamos siendo contenidos en la luz de una verdadera presencia amorosa.
Diviértete, aprende montones, y ¡que despiertes al potencial creativo infinito dentro de ti!
Con todo mi amor ,
Michael
