MNCT 948 El Problema con los 3 Principios.

MNCT 948 El Problema con los 3 Principios.

 

“If the only thing people learned was not to be afraid of their own experience, that alone would change the world.”

– Syd Banks

 

Cuando primero me encontré con el campo que ahora se conoce de manera general como “Los 3 Principios”, se le llamaba por una variedad de nombres. En el campo del trabajo social se referían a él como “Comprensión de la Salud”; en el mundo de la terapia se le conocía como “Psicología de Mente”. Desde entonces, lo he escuchado ser nombrado “Salud Innata” y “Psicología basada en Principios”, mientras que en el campo del coaching se le llama “Coaching de Claridad” y “Coaching Transformacional”.

Cada uno de estos campos, aparentemente separados, se han desarrollado sobre la base de un entendimiento de tres principios espirituales, o constantes universales fundamentales:

Mente es la inteligencia sin forma y la energía de todas las cosas. Es la nada fundamental en el corazón de todo – el espacio infinito del cual surgen a la vida todas las cosas en el mundo de la forma. Es aquello a que todas las religiones apuntan y todos los buscadores buscan – la fuente de la vida misma.

Conciencia es el campo de la conciencia pura que permite que la vida sea experimentada y entendida. Si bien a veces hablamos de “niveles de conciencia”, como principio espiritual la Conciencia es pura, constante, que no se ve afectada ni limitada por cuan “despiertos” o “dormidos” estemos en el momento.

Pensamiento es la fuerza creativa que actúa como eslabón perdido entre lo espiritual y lo psicológico, entre lo sin forma y la forma. Es como la “masita” o la “plastilina” del universo, constantemente siendo formada y reformada en las realidades que vivimos.

No puedo siquiera empezar a hacer justicia al alcance y el poder de estos principios, e incluso intentar describirlos en tanto que “cosas” los disminuye. Pero si logras asentarte y mirar hacia adentro, es probable que puedas sentirlos por ti mismo. Mientras lo haces, probablemente te encuentres con una agradable sensación (como la sensación de “todo va bien”) y con una mente relativamente tranquila.

Este parece ser el efecto consistente de ver por sí mismo la existencia de estas constantes universales y el hecho de que éstas crean el 100% de nuestra experiencia de vida. Nos tranquiliza y nos hace más reflexivos.

Comprender cómo funciona la vida le quita mucho del miedo y la superstición que la acompañan. De la misma forma que apartar la vista de la pantalla y llevarla hacia el proyector puede eliminar el miedo al estar viendo una película de terror, cuando vemos la vida por lo que es nos liberamos para poder disfrutarla al máximo. Nos sentimos más felices – más en paz con nosotros mismos y más amorosos hacia los demás.

Quitamos el pie del acelerador de nuestro pensamiento personal y empezamos a experimentar más sabiduría y discernimiento en nuestro trabajo. Conectamos más profundamente con los demás, porque no estamos tan obsesionados con nuestro pensar acerca de nosotros mismos.

Vivimos más en el flujo creativo de inspiración y nos movemos más rápidamente a través de problemas y desafíos.

Sin embargo, aquí radica el problema con los principios – puesto que apenas vislumbrarlos puede hacer un impacto tan importante, muchos de los que nos dedicamos a profesiones de ayuda hemos comenzado a compartirlos con nuestros clientes, pacientes y estudiantes. Y al hacerlo, los cuerpos de trabajo que se han formado en torno a compartir una comprensión de estos principios se han llegado a entender como los propios principios.

La gente se pregunta “¿cuál es la diferencia entre los 3 Principios y la Programación Neurolingüística?”, ¿o la terapia cognitivo-conductual, o la atención plena, o la religión? Este simple confusión entre las constantes universales de Mente, Conciencia y Pensamiento y los campos que han surgido para ayudar a la gente a aprender acerca de ellos pueden hacer que los profesionales parezcan irremediablemente ingenuos o irremediablemente arrogantes cuando dicen cosas como “los 3 Principios son la cura para toda dolencia psicológica conocida por el hombre “.

Tratar de comparar los 3 Principios como intervención contra cualquier otra forma de coaching o terapia es como tratar de comparar la terapia psicodinámica a EMDR o la Psicología Positiva a la obra de Carl Jung. Puedes señalar los casos de éxito de tu campo y los fracasos de aquellos de los demás, del mismo modo que ellos pueden apuntar a los “fracasos” de tu campo, y las historias de éxito de los suyos.

Pero comparar los principios reales de Mente, Conciencia y Pensamiento con cualquier forma de psicología o religión, es como tratar de comparar la electricidad, el magnetismo y la gravedad con una rama particular de la ciencia. No es como comparar “peras con manzanas”, es como comparar manzanas y nubes, o naranjas y aviones.

No estoy completamente seguro de qué hacer acerca de esto, aparte de intentar traer tanto rigor a nuestro idioma como podamos y distinguir continuamente los Principios del trabajo que hacemos por compartir un entendimiento de ellos con los demás. Pero independientemente de que los campos que se basan en los 3 Principios ganen verdadero terreno y legitimidad en el mundo o no, es mi más anhelado deseo que la comprensión de la naturaleza espiritual de la vida y de las constantes universales que constituyen todo se vuelva tan común como el entendimiento de una Tierra esférica en un universo centrado en el Sol…

Con todo mi amor,
Michael

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